En la noche del Sábado Santo, la comunidad de Ciudad de los Niños se congregó en una atmósfera de expectación y profunda alegría para celebrar la Solemne Vigilia Pascual, la celebración más importante del año litúrgico. La liturgia, rica en símbolos y significado, marcó el paso de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida, con el gozoso anuncio de la Resurrección del Señor.
La Vigilia Pascual es la noche santa en la que la Iglesia espera la Resurrección de Cristo y la celebra con los sacramentos de la iniciación cristiana. Para Ciudad de los Niños, esta celebración fue especialmente significativa, ya que once jóvenes recibieron los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, marcando su plena incorporación a la comunidad cristiana en la noche más luminosa del año.
Uno de los momentos culminantes de la Vigilia fue el canto solemne del Pregón Pascual (Exultet), un himno de alabanza que proclama la victoria de Cristo sobre la oscuridad del pecado y de la muerte, y la alegría de la nueva creación inaugurada por su Resurrección.
La liturgia de la Palabra ocupó un lugar central en la Vigilia, con la lectura completa del extenso elenco de pasajes bíblicos que recorren la historia de la salvación, desde la creación hasta la promesa de la redención y la Resurrección. Cada lectura, acompañada de un salmo responsorial y una oración, preparó los corazones de los fieles para el anuncio gozoso de la Resurrección.
La celebración prosiguió con la liturgia bautismal, donde los once jóvenes profesaron su fe y recibieron las aguas del Bautismo, renaciendo a una nueva vida en Cristo. Seguidamente, fueron confirmados con el don del Espíritu Santo y participaron por primera vez del banquete eucarístico, sellando su plena iniciación cristiana en la noche de Pascua. La alegría de sus familias y de toda la comunidad fue palpable.