Son quienes están a cargo del cuido y atención directa de los jóvenes, fomentan y supervisan la convivencia respetuosa entre los adolescentes, garantizan el cumplimiento de horarios del joven, tales como hora de levantarse, comidas, asistencia a misas y colegio, hora de estudio, entre otros.
Crean espacios para escuchar al joven, aconsejarlo y promover valores como: responsabilidad, puntualidad, respeto, solidaridad, cooperación y cualquier otro valor definido por la institución. Interviene en la resolución de conflictos interpersonales, estimula al joven para la participación de actividades programadas por el área educativa, el área deportiva, el área espiritual o el área de acompañamiento y atención integral.